GRANADA. La diabetes tipo 2 es
una de las formas más común de esta
enfermedad. Dura toda la vida y su
patología principal es que existe un
alto nivel de azúcar (glucosa) en la
sangre. Las personas que la padecen,
más de seis millones en toda España,
se ven obligadas a depender de la administración
externa de insulina, una
hormona que produce el páncreas y
que es necesaria para mover el azúcar en la sangre hasta las células. Una
vez en las células, queda almacenada
y el cuerpo la utiliza como energía.
Cuando alguien padece diabetes
tipo 2, los adipocitos, los hepatocitos
y las células musculares no responden
de manera correcta a dicha
insulina. Esto se denomina resistencia
a la insulina. Como resultado de
esto, el azúcar de la sangre no entra
en estas células con el fin de ser almacenado
como fuente de energía.
Cuando el azúcar no puede entrar en
las células, se acumula un nivel alto
en la sangre. Es la llamada hiperglucemia.
http://www.fundaciondiabetes.org/upload/noticias/12686/39.pdf
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