Como la gente con diabetes del tipo I no produce la insulina necesaria para vivir, ha de inyectarse insulina a diario. La insulina no se puede tomar en forma de píldoras. Algunas personas con diabetes del tipo II, que producen insulina, pero no pueden aprovecharla, sí que toman suplementos de insulina como apoyo a su tratamiento.
El propósito de la insulina es mantener el nivel de azúcar sanguíneo lo más similar al normal a lo largo del día. Por lo tanto la frecuencia y la cantidad de insulina necesaria depende de cada individuo. Algunos factores que influyen en la cantidad y la frecuencia de las tomas de insulina son el peso y la constitución de la persona, su nivel de actividad física, la cantidad de comida que consume, otros medicamentos que pueda tomar, su estado de salud y ánimo general. La mayoría de gente necesita un mínimo de dos inyecciones diarias de insulina, y algunos necesitan más de un tipo de insulina.
Cuando una persona empieza a tomar insulina se le irán ajustando los horarios y las cantidades que debe tomar hasta conseguir un control del nivel de azúcar óptimo. Es importante pues, que inicialmente guarde un trato continuo con su médico para establecer sus necesidades.
Tipos de insulina
Los efectos de los diferentes tipos de insulina tienen duraciones diferentes. Varían en cuanto al comienzo del efecto y la duración del efecto mismo. Como no todas las personas reaccionan de la misma forma a los diferentes tipos de insulina, es preciso que colaboren con su médico en la determinación del tipo o los tipos de insulina que más les convengan.
Insulina de acción ultracorta: HUMALOG
Insulina de acción corta: insulinas Regular (R) y Semilenta (r) (S). Estos preparados dejan de surtir efecto de forma más rápida que otros tipos de insulina.
Insulina de acción intermedia: NPH (N) y Lenta (r) (L). Estas insulinas tardan más en empezar a funcionar, y funcionan durante un tiempo más largo que las insulinas de acción corta.
Insulina de acción larga: Ultralenta (r) (U). Esta insulina empieza a actuar lentamente y dura más que las otras.
Combinados de insulinas: la insulina 70/30 contiene un 70 % de NPH y un 30 % de insulina Regular. La insulina Regular empezará a surtir efecto rápidamente, y la NPH seguirá cuando la Regular deje de surtir efecto. La insulina 50/50 se compone de partes iguales de estos dos preparados.
Las insulinas también difieren en cuanto a sus orígenes. La insulina humana se consigue a partir de la tecnología de DNA o por procesos químicos especiales. También hay insulina procedente de vacas y de cerdos. La fuente de un tipo de insulina es conocida como su especie.
Adquisición y compra de insulina
Todos los frascos de insulina vendidos en los EE.UU tienen tapas naranjas, y dicen "U-100", que se refiere a su concentración. Contienen 10 mililitros de líquido con 100 unidades de insulina en cada mililitro. El total es de 1000 unidades de insulina por frasco. (Hay frascos de U-40 a la venta en otros países, y se puede conseguir insulina U-500 con receta médica.)
Cada caja de insulina lleva impresa una fecha de caducidad. Asegúrese de comprobar no sólo esta fecha, sino también la especie, marca, tipo y concentración de la insulina para asegurarse de que le han vendido lo que le recetó su médico. Y asegúrese de que podrá usar la totalidad de la insulina que compra. Usar el tipo de insulina equivocado, o insulina caducada puede afecta el control de su diabetes.
Las jeringuillas que utiliza para sus inyecciones de insulina deben de corresponderse al tipo de insulina. Si usa insulina U-100, debe utilizar jeringuillas con tapas naranjas que vienen en cajas marcadas U-100. Compre jeringuillas que den cabida a la dosis completa de insulina.
La insulina Regular debe ser transparente e incolora, sin colores, y sin partículas sólidas ni dibujos de aguas. Todos los demás tipos de insulina deben tener un aspecto regularmente nublados después de agitarse, como la leche desnatada. No debe haber insulina en el fondo del frasco, ni partículas apelmazadas en el fondo del frasco, ni flotando en el líquido dándole un aspecto de rociado.
Mírese la insulina detenidamente antes de usarla. Si su aspecto no es correcto, probablemente no funcionará bien.
Guarde el frasco de insulina que esté gastando, así como otros frascos, en la nevera. No permita que se congele la insulina. Tampoco debe agitarse de forma violenta.
Si la insulina no se refrigera, al menos debe guardarse en temperaturas lo más frescas posible (por debajo de los 86 grados F), en lugares oscuros. No debe dejarse por ejemplo en el interior de un coche aparcado. Cuando viaje en avión llévese la insulina y las jeringuillas en el equipaje de mano, dentro de la cabina, para que no se puedan perder. (En el portaequipajes del avión se podría congelar y perder eficacia).
Lugares de inyección de la insulina
La insulina se puede inyectar en toda una serie de lugares de su cuerpo, incluidos los muslos, las partes superiores de los brazos, glúteos y la región abdominal. En cualquiera de estas áreas hay muchos sitios en los que puede inyectar.
La insulina pasará a la sangre con más o menos rapidez dependiendo del lugar de inyección. Hable con su médico para que le informe sobre los diferentes lugares, y lo que hay que tener en cuenta en cada uno.
Preparar e inyectar la insulina
Siempre comience la preparación lavándose las manos. Para preparar una dosis única de insulina, mezcle la insulina suavemente frotando el frasco entre las palmas de las manos, girándolo de extremo a extremo unas cuantas veces o agitándolo levemente. Si está estrenando un frasco, retire la tapa plana de color, pero no el tope de goma ni el aro metálico que hay debajo de la tapa.
Limpie el tope de goma que hay en el agujero del frasco con un algodón impregnado de alcohol. Entonces retire la cubierta de la aguja y retire el émbolo hasta la línea que indique su dosis de aire que debe insertar. Con el frasco de insulina en posición vertical, inserte la aguja a través del tope de goma hasta que su punta se sumerge en la insulina. Entonces apriete el émbolo para añadir aire al frasco de insulina.
Invierta el frasco con la jeringuilla de forma que el frasco esté boca abajo. Aguante el frasco con una mano mientras tira del émbolo con la otra para llenar la jeringuilla de insulina hasta la marca que indica sus dosis.
Compruebe que no hayan burbujas de aire en. Si hay burbujas de aire, utilice el émbolo para devolver el contenido de la jeringuilla al frasco, vuelva a llenar la jeringuilla lentamente, y repita la operación hasta que no hayan burbujas. Compruebe finalmente que la dosis es correcta, y retire la jeringuilla del tope de goma. Si necesita dejar la jeringuilla un momento antes de usarla, tápela para protegerla. Si la insulina está muy fría puede calentarla frotando la jeringuilla suavemente entre las manos.
Preparar su propia mezcla de insulinas requiere instrucciones especiales que su médico le dará si es necesario.
Ahora ya está listo para elegir el lugar de inyección y limpiarlo con un algodón impregnado de alcohol. Pellizque un área grande de piel e inserte la aguja asegurándose de que la aguja está totalmente insertada antes de empujar el émbolo. Esto hará que la insulina penetre en su cuerpo.
Retire la aguja acto después, y no frote el lugar de la inyección.
Tire las agujas y jeringuillas en un lugar seguro. Su médico o farmacéutico le pueden sugerir formas de deshacerse de ellas que respeten al medio ambiente.
Reacciones alérgicas
Todas las insulinas contienen ingredientes adicionales que previenen su deterioro, y evitan la formación de bacterias, y en algunas insulinas, agentes que prolongan los efectos. A veces la gente puede desarrollar reacciones alérgicas a estos ingredientes.
Si experimenta hundiciones, irritaciones o inflamaciones, o bultitos en los lugares de inyección coménteselo a su médico.
Recuerde, pregunte por cualquier tema que no le haya quedado claro, tome notas si es necesario, y nunca modifique su dosis de insulina sin consultarlo previamente con su médico.