lunes, 3 de octubre de 2016

¿Por qué necesito aplicarme insulina?

Cuando usted digiere los alimentos, el cuerpo convierte la mayor parte de ellos en glucosa (una forma de azúcar). La insulina permite que esta glucosa ingrese en todas las células del cuerpo y se use como energía. Cuando usted tiene diabetes, el cuerpo no fabrica una cantidad suficiente de insulina o no puede usarla en forma adecuada, de modo que la glucosa se acumula en la sangre, en lugar de ingresar en las células. Una cantidad excesiva de glucosa en la sangre puede provocar problemas de salud graves.

Todas las personas que tienen diabetes tipo 1 y algunas personas que tienen diabetes tipo 2 necesitan aplicarse insulina para ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre. El objetivo de aplicarse insulina es mantener el nivel de azúcar en la sangre en un rango de valores normales tanto como sea posible, de modo que usted permanezca saludable. La insulina no puede tomarse por boca. Por lo general, se aplica mediante inyecciones. También puede aplicarse con una pluma de insulina o una bomba de insulina.

miércoles, 28 de octubre de 2015

La diabetes también nota la crisis

Tiras reactivas, plumas de insulina, medidores de glucosa y agujas. Estas son las herramientas básicas de las que debe disponer una persona diabética. Comenzaron con las tiras y ahora son las agujas. Cada día una persona diabética se inyecta como mínimo tres veces.
El resultado de esto, tal y como está la situación, es el siguiente: moratones, escozor y pequeños bultos en la zona de inyección, o sea, hipertrofia muscular. Cada día somos más personas diabéticas las que denunciamos la escasez de las agujas y, además, su baja calidad. La parte graciosa del asunto es la importancia que se atribuye a este hecho.
La insulina es un tratamiento indispensable para las personas que somos diabéticas, el simple hecho de tener que inyectarte, sentir el picor de la sustancia, sangrar y al momento sentir un bulto en tu muslo, pues no es una experiencia muy agradable. Somos 300 millones de personas las que padecemos esto.— Laura Calás Puertas.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Orinar la glucosa para combatir la diabetes

Todo es poco para combatir una de las plagas sanitarias del Siglo XXI: la diabetes tipo II, la que aparece con el deterioro de la función del páncreas como generador de insulina. A las siete familias de fármacos ya existentes se ha unido en el último medio año una nueva: la de los inhibidores del transportador sodio-glucosa (llamados genéricamente gliflozinas). Se trata de un nuevo abordaje: el medicamento bloquea el proceso por el que la glucosa supera el filtrado de la sangre en el riñón. Para hacerlo -y seguir en el torrente sanguíneo- necesita del transportador. Al inhibirse este, no consigue superar el filtro y acaba expulsada con la orina. Es como si en un colador hubiera unos agujeros específicos para la glucosa y el sodio. El fármaco los tapona, con lo que las sustancias no siguen en el circuito. De esta manera, baja el nivel de azúcar de la persona por un mecanismo nuevo. Además, en el proceso también se pierde sodio, por lo que baja la tensión arterial, y, como consecuencia de la salida del azúcar, se baja peso, han explicado esta mañana en Madrid Javier Salvador, especialista en Endocrinología de la Clínica Universidad de Navarra; su colega del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Susana Monereo, y el farmacólogo Antonio Fernández, de Janssen, el laboratorio que fabrica una de estas moléculas. 
La diabetes afecta al 13,8% de la población española, expuso Salvador, y "en 10 años los casos casi se han doblado". "Es una enfermedad metabólica, crónica, controlable, en la que es clave combatir la obesidad, pero no es curable", añadió. "Además de muy prevalente, es progresiva", añadió Monereo. Esta última cualidad es la que hace necesarios estos nuevos fármacos, añadió la endocrinóloga. "El tratamiento dura muchos años, y es muy importante disponer de un medicamento que mantenga su efecto con el tiempo y sea poco tóxico", dijo la doctora. La gliflozina, al retirar la glucosa de la sangre, evita su efecto tóxico sobre el endotelio de los vasos, con lo que se reduce el daño que lleva a amputaciones o pérdida de visión.
Las gliflozinas ofrecen un perfil muy interesante en este aspecto -"Tengo una gran expectativa", dijo Monereo-. Actualmente ya están aprobados en España la empagliflozina de la Alianza Boehringer Lilly para la diabetes y la dapagliflozina de Bristol-Myers Squibb y AstraZeneca. El lunes se ha presentado la canagliflozina de Janssen, un medicamento que da una vuelta de tuerca más ya que actúa contra dos transportadores de glucosa en vez de contra solo uno, dijo Fernández, lo que aumenta su eficacia.
Referido a esta última que, a líneas generales, tiene muchas características comunes con las otras, Monereo resume así sus propiedades: "Baja la glucosa, no pierde eficacia con el tiempo; no produce hipoglucemia; como elimina sodio, baja la tensión; al perder azúcar por la orina y ayuda a controlar el peso (hasta cuatro kilogramos se pierden)". La nutricionista alaba mucho estos últimos aspectos. "Casi todos los fármacos contra la diabetes aumentan de peso y suben la tensión", dice. En este caso, "a los cuatro kilos que se pierden hay que sumar los cuatro que no se ganan". 
El laboratorio probó el medicamento en más de 10.500 personas, con un seguimiento de hasta seis años y comparándolo con los fármacos ya existentes solo y "en todas las combinaciones posibles", dijo el representante de Janssen. "Se puede mezclar con todos", señaló.
Para Monereo, se trata de un producto "genial para empezar el tratamiento", ya que consiste en una pastilla diaria. El problema, rebatió Salvador, es que la diabetes "tarde de siete a siete años y medio en ser diagnosticada". "Es una enfermedad silente", explicó. Pillándola a tiempo se controla mucho mejor, pero como no da síntomas, eso pasa poco. Por eso el médico afirma que todos los mayores de 45 años deben mirarse la glucosa una vez al menos cada tres años, y , más aún, si tiene factores de riesgo (antecedentes, obesidad, hipertensión).
En casos de personas con enfermedad más avanzada, también puede ayudar, por ejemplo, retirando glucosa, lo que evita que haya que aumentar la dosis de insulina, afirmaron los médicos.

lunes, 12 de octubre de 2015

La diabetes es la primera causa adquirida de discapacidad en España

La diabetes es la enfermedad que más secuelas, medidas como años vividos con discapacidad (YLD en inglés), deja en España. Un estudio de la Universidad de Washington publicado en The Lancet ha medido el impacto de las enfermedades que no son mortales pero que tienen importantes repercusiones en la población. Con el aumento de la longevidad media y una disminución de las tasas de mortalidad, el peso de estas complicaciones va en aumento, advierten los autores. El trabajo se ha hecho con datos de 301 enfermedades o complicaciones de 188 países.

El trabajo recoge que la lista de las enfermedades o dolencias con una discapacidad más duradera, medida en años vividos con discapacidad, se mantiene prácticamente estable desde 1990, pero con un alcance mucho mayor. En España, detrás de la diabetes están en la lista el dolor lumbar de espalda, el de cuello, la depresión, las caídas, las pérdidas de audición relacionadas con la edad y otras causas, la migraña, problemas musculoesqueléticos, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y los trastornos de ansiedad. Por sexos hay pocas diferencias. En mujeres la lista de las 10 más frecuentes es la misma, aunque con algunos cambios de orden. En hombres, entran la anemia ferropénica y el abuso de opioides en lugar de la ansiedad y los problemas musculoesqueléticos.

"La salud de los españoles está cada vez más amenazada por dolencias no mortales como el dolor de espalda y el de cuello, caídas y problemas de salud mental como la depresión y la ansiedad", ha dicho Ferrán Catalá López, coautor del trabajo. "Al mismo tiempo, enfermedades como la diabetes están costando a los españoles muchos años de vida saludable. Es fundamental que sepamos que enfermedades y lesiones están causando discapacidad para que podamos distribuir los recursos de manera eficiente", ha añadido.

Comparada con la lista mundial, la española arroja pocas diferencias. Hay cambios de orden (la diabetes pasa del primer puesto en España al sexto globalmente), y una sustitución: salen las caídas y entra la anemia ferropénica. Tampoco hay mucha variación entre hombres y mujeres, salvo que ellos cuentan con la esquizofrenia como una de las primeras 10 causas de años vividos con discapacidad.

martes, 8 de septiembre de 2015

El costo es una barrera para que los niños diabéticos lleven unas dietas más saludables, según un estudio


Un costo más alto es un motivo de que para muchos padres de niños con diabetes tipo 1 resulte difícil proveerles una dieta saludable, halla un estudio de tamaño reducido.

El estudio incluyó a 23 familias del noreste de Kansas y de la región occidental de Missouri, con hijos de entre 1 y 6 años de edad que habían sido diagnosticados con diabetes tipo 1 al menos seis meses antes y que llevaban un régimen intensivo de insulina.

Los pacientes de diabetes tipo 1 con frecuencia deben cambiar sus hábitos de alimentación, pero muchos niños con la enfermedad no tienen dietas saludables, según los autores del estudio, que aparece en la edición del 8 de julio de la revista Journal of Nutrition Education and Behavior.

Los investigadores compararon los precios más bajos que no eran para la venta de 164 artículos de alimentación del plan de comida barata (R-TFP, por su sigla en inglés) del Departamento de Agricultura de EE. UU., y de una versión más saludable del plan, la H-TFP.

Los resultados mostraron que una compra más saludable en el mercado cuesta alrededor de un 18 por ciento más que la compra estándar. "Además, las familias pueden enfrentarse a barreras para encontrar unos alimentos más saludables específicos en sus tiendas locales", señaló en un comunicado de prensa de la revista la autora del estudio, Susana Patton, del departamento de pediatría del Centro Médico de la Universidad de Texas.

El costo promedio de los 164 artículos de la R-TFP fue de 324.71 dólares, en comparación con 380.07 dólares para la H-TFP, una diferencia de más de 55 dólares. Las proteínas y los granos presentaban las diferencias más altas en el costo.

Los investigadores también encontraron que los supermercados pequeños e independientes ofrecían menos artículos saludables que las cadenas y las grandes superficies.

Los autores del estudio sugirieron varias formas de ayudar a garantizar que los niños con diabetes tipo 1 tengan unas dietas saludables. Sus sugerencias incluyeron ofrecer a los padres recetas, enseñarles a usar sustitutos de más bajo costo para los alimentos más caros, informarles sobre las tiendas locales que ofrecen una amplia selección de alimentos saludables, y ayudarles a comprender las compras en términos de la nutrición que proveen por cada dólar.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Depresión más diabetes podría incrementar el riesgo de demencia

La depresión y la diabetes son perjudiciales para el cerebro, y tener ambas afecciones puede aumentar significativamente el riesgo de demencia, de acuerdo con el nuevo estudio.

"Lo que esto busca decir es que necesitamos hacer un mejor trabajo de identificar tanto la diabetes como la depresión y después tratarlas realmente una vez identificadas", dijo el doctor Dimitry Davydow, investigador del estudio y profesor asociado de psiquiatría y ciencias del comportamiento en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en Seattle.

Su equipo analizó el riesgo de demencia entre 2.4 millones de personas en Dinamarca de 50 años en adelante, que tenían depresión, diabetes tipo 2 o ambas, y los comparó con personas que no tenían ninguna de las dos condiciones.

Los investigadores también tomaron en cuenta afecciones médicas preexistentes, tales como problemas cerebrovasculares, complicaciones como problemas hepáticos y otros malestares.

"Incluso después de tomarlos en cuenta, la diabetes elevaba el riesgo de demencia por si misma en un 15 por ciento, la depresión en un 83 por ciento y las dos juntas en un 107 por ciento", dijo Davydow.

La conexión fue especialmente fuerte en personas menores de 65 años. En ese grupo de edad, "un cuarto de los casos [de demencia] se atribuyeron a la depresión y la diabetes", dijo.

En las poblaciones occidentales, la diabetes tipo 2 y la depresión grave son cada vez más comunes. Y hasta un 20 por ciento de las personas con diabetes, la cual crece rápidamente en los grupos más jóvenes, también tienen depresión, dijeron los investigadores en las notas de antecedentes con el estudio.

"Hasta donde sabemos, este es el primer estudio en analizar el problema de esta forma", dijo Davydow. Los resultados se publicaron en línea el 15 de abril en JAMA Psychiatry.

El estudio señala el complicado vínculo que existe entre la depresión, la diabetes y la demencia, pero no establece una relación directa de causa y efecto.

"Existe mucha evidencia de que quienes sufren depresión son más propensos a desarrollar problemas médicos crónicos como la diabetes y enfermedades del corazón e hipertensión", dijo Davydow.

"Es menos probable que tomen medicamentos si están deprimidos. Quienes tienen diabetes son más propensos a sufrir de depresión", añadió.

Además, la diabetes hace más probable la aparición de placa en los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a ataques cerebrales y demencia, dijo Davydow.

La diabetes y la depresión atentan individualmente contra la salud mental, dijo el Dr. Charles Reynolds III, del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, y autor de un comentario que acompaña al estudio.

Ambas "representan amenazas para la salud vascular, y por lo tanto impiden conservar un envejecimiento y funcionamiento saludable del cerebro, presentando un riesgo de deterioro cognitivo", él dijo.

Reynolds exhortó a quienes presentan la combinación de diabetes y depresión a buscar tratamiento para ambas para proteger su cerebro.

"Las elecciones de estilo de vida, como un incremento de la actividad física, también ayudarán al cuidado de ambas afecciones", añadió.

El equipo de investigadores, encabezado por Davydow y el recientemente fallecido autor original, Dr. Wayne Katon, siguió a los participantes del estudio de 2007 hasta 2013. Ninguno de los pacientes tenía demencia al inicio del estudio.

Los investigadores dijeron que cerca del 20 por ciento de los participantes tenía un diagnóstico de depresión, casi 9 por ciento tenía diabetes, y alrededor del 4 por ciento padecía ambas.

Durante el periodo del estudio, más de 59,600 hombres y mujeres (2.4 por ciento) padecieron demencia, en promedio a los 81 años de edad. De ellos, el 26 por ciento solo tenía depresión, 11 por ciento solo tenía diabetes tipo 2 y cerca del 7 por ciento tenía ambas.

miércoles, 19 de agosto de 2015

Un tercio de los estadounidenses presentan una peligrosa mezcla de factores de riesgo cardiacos

Más de una tercera parte de los adultos de EE. UU. tienen una combinación de problemas de salud que en conjunto se conocen como síndrome metabólico, y que aumentan el riesgo de enfermedad cardiaca y diabetes, según una investigación reciente.

Y peor aún, los investigadores hallaron que la tasa de síndrome metabólico aumenta de forma dramática con la edad. Casi la mitad de las personas de a partir de los 60 años en Estados Unidos sufren del síndrome metabólico, encontró el estudio.

"Es preocupante, porque sabemos que la población de EE. UU. está envejeciendo", apuntó el autor principal, el Dr. Robert Wong, profesor clínico asistente de la Universidad de California, en San Francisco. "Creo que en potencia conllevará una enorme carga para nuestro sistema de atención de la salud".

El síndrome metabólico es una "tormenta perfecta" de afecciones que incluyen a la hipertensión, unos niveles anómalos de colesterol, niveles elevados de azúcar en sangre, y una cintura más ancha, comentó Wong.

Los expertos médicos utilizan el síndrome metabólico como un indicador clave del riesgo de salud cardiaca. "El síndrome metabólico es un análisis más completo, porque toma en cuenta muchos factores de riesgo", dijo Wong.

Para evaluar la tasa de síndrome metabólico del país, Wong y sus colaboradores usaron datos de salud sobre los estadounidenses reunidos por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. entre 2003 y 2012.

Los investigadores concluyeron que el 35 por ciento de todos los adultos de EE. UU. sufrían de síndrome metabólico en 2011-2012. Esa cifra representa un aumento ligero frente al 33 por ciento en 2003-2004, aseguraron los investigadores.

La obesidad se considera un factor importante en el síndrome metabólico, y la tasa general de ambas afecciones se reflejan mutuamente, lamentó Wong.

Pero los investigadores también encontraron que la edad tiene una fuerte influencia sobre el síndrome metabólico. Alrededor del 47 por ciento de las personas a partir de los 60 años presentan el síndrome metabólico. Solo alrededor del 18 por ciento de los adultos de 20 a 39 años sufren de la afección. Entre las personas a partir de los 60 años, más del 50 por ciento de las mujeres y de los hispanos tienen síndrome metabólico, según el estudio.

Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 19 de mayo de la revista Journal of the American Medical Association.

La edad afecta a muchos de los factores de riesgo que se combinan en la creación del síndrome metabólico, advirtió la Dra. Pamela Morris, presidenta del Comité de Prevención de las Enfermedades Cardiovasculares del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology).

Por ejemplo, la gente tiende a hacerse menos activa, a ganar peso y a tener una mayor resistencia a la insulina a medida que envejece, señaló Morris, que también es profesora asistente de la Universidad de Medicina de Carolina del Sur.

El Dr. Mark Creager, presidente entrante de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), dijo que "es desconcertante que haya una prevalencia tan alta de síndrome metabólico, y es desconcertante que la prevalencia de síndrome metabólico aumente de forma tan dramática a medida que envejecemos".

Creager y Morris dijeron que se deben tomar medidas para fomentar la elección de un estilo de vida saludable entre las personas que tienen síndrome metabólico o están en riesgo de padecerlo.

Creager apuntó a unos mayores esfuerzos de la sociedad, que incluyen un acceso menor a las bebidas endulzadas con azúcar en las escuelas, un mejor acceso a alimentos saludables en las áreas urbanas, y la creación de lugares donde las personas puedan caminar con seguridad y hacer más ejercicio.

Morris comentó que sigue "luchando todavía por encontrar la panacea" que anime a sus propios pacientes a elegir unas mejores opciones, y que el mayor éxito que ha tenido ha sido al fomentar unos "pequeños pasos".

"Intento hacer compromisos y trabajar con ellos durante un tiempo, y una vez que los cambios iniciales que implementamos se hacen rutinarios, los acerco un poco más al lado más saludable de las cosas", dijo.

Algunos de esos pequeños pasos incluyen no beber bebidas con calorías (como los refrescos y los jugos de frutas), preparar comidas en casa, y caminar tan frecuentemente como puedan.

Además, cualquier esfuerzo de salud pública debe de tener en cuenta a la población hispana, que tiene la tasa más alta de síndrome metabólico de todos los grupos étnicos, anotó la Dra. Suzanne Steinbaum, cardióloga preventiva y directora de Salud Cardiaca de las Mujeres del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. El estudio encontró que alrededor del 39 por ciento de los hispanos sufren de síndrome metabólico.

"Los mensajes deben traducirse al español si es necesario, y enfocarse en esa población", enfatizó Steinbaum.